Hace varias semanas iba yo muy foronga en el metro con mi bolso deportivo y toda mi
actitud deportiva, intentando por todos los medios ingresar de la manera más
decente posible al metro.
Estuve intentando por laaaargos minutos y no hubo
caso, hasta que de un momento a otro la masa me empujó hacia dentro cuando apareció
un carro desocupado y quede en una posición bastante incómoda, quede pegada a la puerta del otro extremo, intentando poner mi
bolso gigantesco en una buena posición para no incomodar a los otros pasajeros
y casi encima mío, un chiquillo bien guapo, que tenía una de sus manos puesta
a la altura de mi oreja, onda la posición de cuando una iba a la disco y un
loco quería darte un beso…. Así mismito, contra la pared, si yo levantaba mucho
la cabeza nos íbamos a dar el tremendo ósculo, estábamos en esa situación cuando
su risa nerviosa rompió el silencio:
-
“ jajajajaj…. Voy súper incómodo”
-
“ perdona, pero no puedo moverme” – dije
En ese momento intentó moverse, pero quedo más encima mio,
yo haciéndome la weona miraba pa cualquier parte, pero no podía mirar hacia
arriba, por las razones antes mencionadas, durante esos vaivenes del metro
logre observar que en su mano izquierda llevaba un libro de como 3 kilos de “Fisiologia”
y en los pocos dedos que le sobraban afirmaba su mochila, con su otra mano
intentaba no caer sobre mí.
Mientras empezaba a observar más detenidamente me di cuenta
que se llamaba David Pino y que era Kinesiólogo, si yo tuviera más personalidad
y no fuera tan cortante y pesada para entablar conversaciones le habría preguntado
cómo evitar que mi rodilla izquierda que está inundada en liquido dejara de
dolerme…. Peeeeerooooo, fue el que empezó la conversación.
-
“ es horrible esto del metro”
-
“Si, pero tranquilo, en unas estaciones más se
empieza a desocupar”
-
No creo que alcance a llegar, voy súper atrasado.
-
Pucha lo siento
“Puta que eris cortante” me dije a mi misma…. Y yo como abruptamente había cortado la conversación,
más tímida me puse, porque ya no sabía cómo hacer para que siguiéramos conversando.
Justo en ese momento empezó a desocuparse el vagón y se puso
un poco más hacia el costado, él seguía riéndose
algo nervioso… iba todo perfecto, porque su risa me hacía reír también, pero mi
cara se transformó cuando me dijo.
-
Ahora si va más cómoda señora?
Kheeeeeeeeeee!!!!!! Dijo mi cabeza y mi cara debe haber dicho:
- a quien le deci
señora pendejo!!!??
Porque puso una carita de asustado, casi diciendo… “avísame si
las cago”…. Y para arreglarla y no sacarle la shusha ahí mismo, me empezó a
conversar de su vida. Fue ahí cuando supe que vivía en Buin, que llevaba como 2
horas viajando y que estaba haciendo su práctica en la Reina, y que tenía que
llegar al metro “Príncipe de Gales” y de ahí tomar una micro, pero por la hora que era ya no llegaría y lo iban a
retar, me dijo la clínica donde trabajaba, pero ya no me acuerdo, en ese
momento llegamos a Tobalaba.
-Aquí me bajo yo – me dijo- usted donde baja?
Con cara de odio le dije
-Aquí bajo también.
La multitud empezó a empujarnos y me dijo.
-Nos vemos abajo entonces
Desde ahí…. No lo he vuelto a ver L…
espero haya llegado a su destino y no lo hayan retado a mi chiquitito!!!